Su estilo refinado e influenciado por enormes claustros y pasillos de la abadía románica cercana donde creció, acabo convirtiéndose en el mayor sinónimo de la elegancia francesa. Destacó en sus gráficos monocromáticos y en el concepto de hotel boutique. Sus proyectos fueron siempre eclécticos trastocando la distribución espacial sin tabiques y/o transparentes. Sus interiores eran sencillos, pero no impersonales. Serenos, pero no fríos. Tentadores, pero no opulentos. Encantadores, pero no nostálgicos. En definitiva un estilo contemporáneo que busca ser eterno.
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